De bombero australiano a CEO nórdico: la historia de éxito de Andrew Martyn en Journeys con Flo Stich

¿Alguna vez has dudado cuando te han preguntado a qué te quieres dedicar? ¿Es posible que todas las veces? No estás solo, en este artículo te hablamos de la historia de éxito de Andrew Martyn, al que también le daba dolor de cabeza esa pregunta, pero no se quedó quieto, probó de todo hasta que descubrió cuál era su verdadera pasión. Sigue leyendo si tú también quieres saberlo.

Andrew Martyn creció en Australia, tenía un Koala y todo. Vamos a hacer un salto temporal, que ya sabemos que esta parte no te interesa.

Andrew pasó su educación secundaria con notas, más bien normalitas, eso no le permitía plantearse alguna carrera en una gran universidad, pero aún así quería ir a la universidad cómo había hecho toda su familia. Psicología fue su elección, pero no te preocupes, seguía sin saber qué hacer con su vida, así que salió de la universidad con 21 años, sin mucha idea de la vida como para tratar a otras personas…vamos, que seguía igual de perdido…¿Te suena de algo? 😉

¿Qué hacemos cuándo no sabemos qué hacer y tenemos que tomar grandes decisiones? Acudir a un consejero, algunos a sus amigos, algunos a sus padres, los más arriesgados lo dejan al azar lanzando una moneda al aire, por ejemplo. Pero, Andrew hizo lo más sensato, fue a la oficina de orientación de su universidad, vamos a recrear la conversación, estamos seguros de que también te sonará:

-Hola, mire, venía, porque no sé qué camino seguir, estoy perdido.

-Bueno, a tu edad es normal, ¿Por qué no haces prácticas? Así vas experimentando y encontrarás algo que te llame la atención.

Andrew se postuló a 3 programas de prácticas y le aceptaron en 2 de ellas. Estuvo a punto de seguir por la vía militar, ya que el primer programa en que fue aceptado era para el Departamento de Defensa, llegó a pensárselo, porque su hermano también trabajaba ahí, y podría irse a vivir a la Capital, pero cuando vió en el otro programa en el que le habían aceptado, le picó la curiosidad.

Se trataba de una empresa del sector de las telecomunicaciones, pero no era para ser el típico becario que ponía cafés, sino realmente para formar a los jóvenes en liderazgo y dirección. Así que, Andrew empezó en el mundo de las telecomunicaciones.

Allí, se hizo especializado en internet, se compró uno de los primeros ordenadores de Apple y lo conectó a un módem en su habitación. Le trasladaron al departamento de atención al cliente y ahí se dió cuenta de que mucha gente llamaba con problemas de conexión al módem y de internet. Andrew ante esta situación hizo lo que vendría a ser hoy una presentación de diapositivas, donde respondía a las preguntas más frecuentes: ¿Qué es el internet? ¿Cómo lo usan nuestros clientes? y un sin fin más.

La actitud y el dominio que demostraba Andrew llamó la atención de una manager, que le propuso ser product manager junior en otra empresa, él aunque no sabía ni qué era un product manager, aceptó la oferta.

En este punto, Andrew empezó a darse cuenta de que le gustaba mucho estar en el centro de todo, le gustaba hacer las cuentas, pero también le gustaba montar la estrategia, pensar cómo sacar algo adelante, estar en contacto con las agencias de publicidad. Es aquí, cuando de repente todo cambiaría, y es que la vida profesional de Andrew estaba a punto de dar un giro de 180 grados.

¿Recuerdas a la manager que le ofreció el trabajo de product manager? Bien, ella propuso a Andrew para una beca de un MBA en nada más y nada menos que la Melbourne Business University, por supuesto, le aceptaron, por lo que, Andrew pudo disfrutar de 18 meses con beca completa para hacer el máster. 

Pero, no todo puede ser tan bonito, cuando terminó el Máster y entró a trabajar en el mundo corporativo, se dió cuenta esta vez de lo contrario, ese mundo no era para él, estaba muy agradecido por la inversión que habían hecho en él, pero lo que Andrew quería era estar metido en las entrañas del trabajo, así que renunció. 

Andrew estaba más perdido todavía, así que cogió sus maletas y se embarcó en otra aventura, rumbo a las frías tierras de Dinamarca, sin trabajo y sin saber danés, a Andrew le gustaba el riesgo.

Durante el Máster, conoció a un chico Danés, con el que seguía manteniendo amistad, así que contactó con él, y se unió a un proyecto de startup que se traía entre manos en el mercado de las punto-com. El 11S, removió el mundo entero, y este trágico suceso trajo consigo una nefasta crisis, que hizo caer en picado el mercado de las punto-com. 

Andrew empieza a coquetear con el mundo del emprendimiento a través de un trabajo de consultoría, pero a él eso no le iba tampoco, él tenía ambiciones mayores.

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  • Andrew navegó los riesgos y fracasos en su viaje empresarial
  • Los inversores jugaron un papel fundamental en el éxito de Andrew
  • Andrew superó los desafíos del COVID-19 y resurgió cual ave fénix.

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